Han pasado ya dos años desde que grabé "Una Confusión Cotidiana" en mayo del 2008. A este cortometraje le tengo un singular aprecio porque su realización significó toda una aventura para mí.
Por aquellos días conseguí prestado un trípode que nos permitió realizar encuadres más fijos y estables que le dieron un acabado más profesional a cada plano. Aunque hoy reconozco varios defectos en el manejo de éste, fue gracias a él que pude conseguir un efecto "steadycam" en varias partes del corto.
El génesis de la historia llegó casi sin querer. Yo esta muy influenciado por el cine de Paul Thomas Anderson, con el que creo empezé a ver de forma más consciente los movimientos de cámara. Sus largos travellings rodados para "Petroleo Sangriento" o "Magnolia", que le deben mucho al estilo de Martin Scorsese, me causaron gran impresión e hicieron que nacieran en mi las ganas de grabar dilatados planos secuencia.
Recuerdo también que a mediados de marzo de ese mismo año yo planeaba hacer una adaptación a largo plazo de "La Metamorfosis" de Franz Kafka pero con los días me di cuenta que sería muy complicado y yo no contaba con mucho presupuesto.
Fue así que encontré "Una Confusión Cotidiana", también de Kafka; un brevísimo relato de una hoja que llamó mi atención por su sencillez, profundidad, misterio y por las infinitas posobilidades que ofrecía para ser adaptada y grabarla en locaciones urbanas.
Otro factor crucial fue el apoyo incondicional que me dio mi amigo Marco Carrasco, protagonista del corto, sin el que no hubiera podido llevar a cabo esta pequeña aventura. Y como no mencionar a Carlos Parra, quien interpretó 3 papeles distintos en la historia y salvó varias escnenas. Ellos me apoyaron en todo momento, no solo delante de la cámara sino también detrás de ella, en las tomas donde yo interpretaba al Sr. H.
Ahora que el clima está cambiando y los días se tornan más fríos y grises recuerdo con mucha nostalgia esas mañanas de mayo del 2008 cuando teníamos que apresurarnos para completar el plan de grabación y la lluvia nos jugaba una mala pasada.
Con el tiempo me he dado cuenta que me gustaría ajustar algunos detalles y corregir varias tomas, pero ya nada se puede hacer, así es este oficio. Solo me queda disfrutar el producto final y recordar con alegría lo que éste corto significa: una gran experiencia.
Comentarios