Algunos directores de cine realizan películas con una continuidad envidiable. Estrenan cintas todos los años, son extremadamente productivos y logran mantener un estilo propio y un óptimo nivel de calidad en cada producción. En este grupo destacan nombres como Roger Corman, Clint Eastwood o Steven Spielberg.
En el otro extremo, ejercitando la paciencia de los cinéfilos, se encuentran cineastas que se toman su tiempo. Son perfreccionistas, meticulosos, detallistas o simplemente van a un ritmo diferente.
Terrence Malick, Paul Thomas Anderson o Soffia Coppola, son directores que hacen esperar "un poquito" a sus fans.
Un caso curioso es el de Stanley Kubrick, quien a pesar de la complejidad de su obra, realizó solo 12 películas. Decía que le hubiera gustado no ser tan perfeccionista. Tal vez así hubiera hecho más de una o dos cintas por década.
Pero, ¿ A qué se debe tanto tiempo entre filme y filme? ¿Acaso se les acabaron las ideas? ¿Carecen de creatividad? Pues, no. La mente de un cineasta siempre está buscando ideas para una próxima película. Ya sea mientras escribe un guión o rueda una cinta, un director siempre anda pensando en su próximo proyecto. Lo incuba.
La crisis de ideas, la "ausencia" de historias por contar no es más que el estado embrionario de una película. Como diría Federico Fellini: "Cuando la creatividad se acumula por mucho tiempo, llega un momento en que ebulliciona y fluye con más fuerza.
El mismo Fellini sufrió una de las crisis creativas más conocidas y la plasmo en su cinta "8 y 1/2" de 1963. En ella, su alter ego, Guido Contini, atraviesa por un limbo creativo que le impide empezar el rodaje de su última producción. Así, recurre a los recuerdos de su infancia, visiones fantásticas de su vida, sus padres y sus mujeres para encontrar la inspiración que busca. Fellini la tituló "8 y 1/2" ya que al rodarla había realizado 8 largometrajes y un cortometraje.
A veces la vida nos hace esperar, y si se trata de cine, es mejor acostumbrarse a ser paciente y perseverante, pues al fin y al cabo, a veces las esperas más largas son las que nos dan las mejores satisfacciones.
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